Madrid129

¿De qué hablamos cuando hablamos de Ahora Madrid?

El gobierno de Ahora Madrid en el Ayuntamiento de Madrid ha cumplido poco más de un año, pero el origen de la apuesta municipalista en Madrid se remonta al verano de 2014: primero con la iniciativa “Municipalia”, posteriormente a través de Ganemos Madrid y, finalmente, con la apuesta de Podemos (superadas sus resistencias iniciales) por las Candidaturas de Unidad Popular en varias ciudades. Finalmente, el proceso de confluencia nos llevó a las elecciones de mayo de 2015 y a la victoria electoral de la candidatura encabezada por Manuela Carmena.

Desde el punto de vista de la autonomía política, la candidatura de Ahora Madrid logró establecer su singularidad como espacio municipalista cuya identidad supera a la suma de sus partes. Los motivos principales fueron dos. Primero, un modelo de confluencia basado en varios elementos innovadores: el protagonismo ciudadano por encima de las siglas, unas dinámicas de participación muy abiertas para la elaboración del programa y un sistema de primarias diseñado para favorecer la diversidad en la candidatura. En segundo lugar, el carácter independiente de Manuela Carmena como alcaldesa de la ciudad a la hora de construir la identidad política del proyecto.

Desde entonces, durante en este primer año de gobierno, el desarrollo municipal de Ahora Madrid se ha centrado casi por completo en las tareas de gobierno, en la constitución de un grupo municipal y en el desarrollo de una estructura de organización para los cientos de vocalías vecinales de la formación.

Carabanchel-CC-by-nc-Jaime-Pérez

Foto CC-by-nc-Jaime-Pérez

Una vez cerrado el ciclo de elecciones estatales, se nos plantea la tarea ineludible de seguir avanzando hacia la consolidación de Ahora Madrid como herramienta política municipal. Esto es así, en nuestra opinión, por varios motivos:

1.- El municipalismo como proyecto político tiene dificultades históricas para desarrollarse en Madrid precisamente por el carácter centralista de nuestra administración, donde la escala municipal está intensamente ligada a la estatal y autonómica. La capitalidad provoca que la política nacional eclipse muchas veces a lo estrictamente municipal. Ahora Madrid (junto a las confluencias que gobiernan otras ciudades “del cambio”) ha logrado romper esa inercia institucional y situarse en un lugar propio. Merece la pena pues aprovechar el momento.

2.- La propia construcción de la candidatura debe su potencia precisamente a todo lo que en ella se aleja de la forma tradicional de partido político. Asi, en lugar de equipararnos con el resto de fuerzas políticas, se nos abre la posibilidad de experimentar con herramientas de organización y participación ciudadana que rompan los límites tradicionales de la política partidista, construyendo una herramienta más abierta, más plural, con más capacidad de innovar políticamente y afrontar procesos de democratización de la toma de decisiones a escala local. Una herramienta que dé poder a la ciudadanía y que se parezca, en definitiva, al mundo al que aspiramos.

3.- Un equipo de gobierno no puede sostener en exclusiva un proceso de cambio. El “afuera” institucional tiene la potencia para ser un espacio de contagio, crítica, lanzamiento de propuestas, iniciativas, etc., como lo fue durante la gestación del propio proyecto municipalista. Ahora Madrid tiene la responsabilidad de recuperar, potenciar, escuchar y ayudar a desarrollar este “afuera”, así como la de servirle de conexión con el “adentro”.

4.- En un contexto de pérdida atroz de la autonomía local, de centralización de competencias y de un creciente control presupuestario estatal, necesitamos herramientas propias de los municipios que, puestas en red con el resto de iniciativas políticas de cambio municipal tanto a escala estatal (en Barcelona, Zaragoza, Coruña, Cádiz, etc.), así como en la comunidad de Madrid, que permitan abordar la recuperación de competencias y la lucha contra la austeridad presupuestaria que impone la “ley Montoro”.

5.- Para seguir ahondando y experimentando en la confluencia de nuestra diversidad política: una confluencia imprescindible en nuestros días, tanto entre organizaciones políticas y sociales como con la propia ciudadanía. El propósito debe ser, si no implementar directamente, al menos traducir las mejores lecciones del 15M: la potencia de la inclusividad, la participación, la cooperación, la apertura democrática, la desobediencia civil y la responsabilidad municipal y ciudadana en la defensa de los derechos.

Si bien durante este primer año de gobierno la mayor parte de nuestras fuerzas se han enfocado hacia el análisis de la institución, las tareas de gestión y la creación de una estructura orgánica para el grupo municipal, ahora toca prestar total atención a aquel mandato que nos dimos en las plazas. Y para ello apostamos por amplificar el espacio de confluencia y experimentación democrática que es Ahora Madrid. Amplificar por un lado el trabajo que desde la base se ha venido desarrollando y que tiene como principales frutos la creación de grupos sectoriales y transversales de trabajo como son (entre otros) Ahora Movilidad, Ahora Feminismos o Ahora Cultura. Por otro lado, amplificar también el trabajo de las vocalías vecinales en los distritos, imprescindible para conocer y abordar las problemáticas de los territorios, cada cual con sus características. A nuestro juicio, amplificar estos espacios de trabajo de composición diversa (abarcan desde profesionales a activistas o simplemente personas interesadas en la materia) y articularlos junto con la ciudadanía en general, supone la puesta en marcha de una herramienta útil para responder a los compromisos adquiridos con el municipalismo y la ciudanía madrileña desde el verano del 2014.

El resultado de las elecciones del 26J es una muestra más de que los procesos políticos son complejos y difíciles de comprender, si solamente los miramos a través de indicadores unívocos en clave de victoria o derrota electoral. El trabajo que empezó hace ya cinco años con el 15M, las mareas y el posterior auge y protagonismo de las candidaturas ciudadanas que llegaron a las instituciones el 24 de mayo de 2015, ha tenido un denominador común: la construcción de un espacio amplio de un carácter y protagonismo intencionadamente ciudadano. Durante años, en nuestra ciudad, entendimos que la potencia en ocasiones se produce más en el resultado multiplicativo de procesos diversos, que suman sus imaginarios de cambio. Y que ganar no era la meta ni un lugar al que llegar, sino ese continuo camino de suma de proyectos.

Hoy tenemos más herramientas que nunca para abordar esta siguiente fase de proceso. Así, la democratización del poder a través de procesos de participación, el acceso de la ciudadanía a la toma de decisiones de la vida pública o la construcción de organizaciones que permitan una implicación activa pero compatible con la vida, se erigen como metas fundamentales para eso que algunas hemos venido a llamar ‘hacer ciudad’.

Desde la humildad de quienes participamos en lugares de este tipo, nos parece claro que, sin ese protagonismo ciudadano, las metas se escorarán inexorablemente hacia otros lugares peores, porque olvidan la diversidad y las necesidades concretas de sus protagonistas. Este gigantesco reto, o se asume en común, o no será.

Y, para hacerlo común, es necesaria una base social amplia que sostenga el proyecto de Ahora Madrid. Como se ha dicho en diversas ocasiones, sin esta base social será difícil que los proyectos municipalistas puedan utilizar de manera efectiva los mecanismos y herramientas creados institucionalmente para una mayor participación ciudadana, deliberación y toma de decisiones colectiva, como pueden ser los foros locales, las consultas ciudadanas o los presupuestos participativos. No es fácil administrar una ciudad y mantener sin contradicciones un criterio político en los múltiples y diversos momentos propios de la gestión.

Las dificultades inherentemente asociadas a la acción política a través de la gestión desde las administraciones y el cruce de estas con los compromisos que adquirimos, nos sitúan a menudo en lugares desconocidos, de experimentación, que nos ponen en dificultades de medida y contraste más institucional que social. Aquí, confiamos en la virtud de saber contarnos, de reconocer los límites o de pedir ayuda, porque aspiramos a otra forma de hacer política en la que pedir ayuda no sea una debilidad, sino una potencia; y porque las decisiones políticas de una ciudad no pueden depender sólo de unas cuantas personas. Porque solo entre todas sabemos todo, construyamos juntas ese espacio ciudadano que sea inclusivo, mutante y ágil, cuidadoso con los tiempos de las vidas y que nos permita hacer política desde lo cercano.

El reto abierto e incluyente se antoja largo, a ratos tedioso e incluso extenuante, pero también alegre, emocionante y extremadamente rico. Para que así sea, es necesaria una construcción compartida, en primer lugar con la ciudadanía, pero también con Podemos, Ganemos Madrid, todas las integrantes del Grupo Municipal, los distintos espacios ya existentes de Ahora Madrid y, claro, Manuela Carmena. En definitiva, es clave que Ahora Madrid, como lugar y herramienta colectiva con la que hacer ciudad, sea el espacio donde lo concreto, el día a día, la situación de la calle de al lado, se cruce con el respeto a lo social y la sostenibilidad de la vida como centro de las políticas.

Partiendo de estas premisas, tenemos la posibilidad de reabrir, como hicimos antes de las elecciones municipales, una gran conversación en la ciudad para pensar en común qué queremos que sea Ahora Madrid, esta herramienta que tenemos entre manos y que gobierna el Ayuntamiento. Una gran conversación que, entre otras cosas, concluya que hay que defender lo que hemos construido hasta aquí, pero para llevarlo más lejos.

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Pablo Sastre es activista de comunicación en Ahora Madrid
Lucía Lois es Vocal Vecina de Ahora Madrid en Centro
Guillermo Zapata es Concejal de Ahora Madrid

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Texto publicado en Público blogs.publico.es/otrasmiradas/6758/de-que-hablamos-cuando-hablamos-de-ahora-madrid/