Madrid129

Participación ciudadana y gestión municipal: sobre la cooperación público-social

Desde el momento en que en esta ciudad se empezaron a experimentar nuevos modelos de participación como los que se han puesto en marcha, ha surgido una campaña de descrédito de los mismos por parte de la oposición. Críticas con poca base teórica pero con una estrategia clara de poner en duda la participación de los y las vecinas en las decisiones del consistorio.

A veces con argumentos tan burdos como “la gente no sabe lo que quiere”, o “nos votan para que tomemos decisiones”. Detrás de todo esto no hay más que un miedo a abrir las puertas de la institución no sólo a la ciudadanía, sino a otros modelos de cooperación público-privada que ponen en cuestión las relaciones clientelares clásicas de gobiernos anteriores.

En este escenario, Ahora Madrid se configura como candidatura ciudadana que supera el modelo de partido clásico acercándose al de partido-movimiento, donde el pulso activista se combina con el deseo y la intención de tomar la institución como herramienta necesaria para el cambio. Este objetivo se quiere alcanzar por medio de una propuesta de coordinación de la acción política entre múltiples agentes sociales -políticos y ciudadanía- para un fin común. El espacio es el municipio, y comienza con las primeras reuniones para la puesta en marcha del proyecto en 2014, pasando por la creación y desarrollo de un programa político colaborativo (1) y cuya validación se hizo por más de 15.000 personas, y hasta las elecciones municipales de mayo de 2015, cuando la ciudadanía configura la propia campaña.

En este proceso se van ampliando los horizontes de la participación política experimentando hacia la consecución de una verdadera “institución abierta” capaz de abrir e integrar en sus procesos, poco a poco y de forma irreversible, a la ciudadanía. No sólo en la toma de decisiones, sino desde el planeamiento, formulación y desarrollo de políticas públicas en todos sus ámbitos de actuación. Alcanzar este reto, no exento de dificultades, requiere de la puesta a disposición de una diversidad de herramientas con diferentes destinatarios y para diferentes objetivos: ciudadanía; colectivos y movimientos; grupos de interés, etc.

No cabe duda que desde la entrada de Ahora Madrid en el Ayuntamiento la participación, configurada como línea de trabajo transversal dentro de la acción de gobierno, se ha convertido en imprescindible configurando -junto con los procesos que ya estaban presentes y continúan vivos en nuestra ciudad- un ecosistema participativo de imparable crecimiento donde mecanismos clásicos de participación presencial combinan con nuevas herramientas digitales para una democracia directa.

Sin embargo, las herramientas con las que cuenta la institución para este tipo de procesos son pocas y limitadas. Hasta ahora las decisiones eran tomadas por los políticos y ejecutadas por grandes empresas dando lugar a relaciones no monitorizadas por los mecanismos institucionales. Hoy en día se usan las herramientas existentes (contratos menores, convenios, etc) pero con una visión ampliada para garantizar la concurrencia de un mayor numero de actores sin poner en riesgo los derechos laborales de las personas que trabajan para las empresas que concursan. Es por ello que se desarrollan y ponen en marcha las claúsulas sociales de contratación, que han intentado paralizarse en los juzgados en varias ocasiones por parte del gobierno y las empresas porque supone un golpe directo al modelo de negocio de las empresas que más se lucran con el dinero público. (2)

La incorporación de estas claúsulas y la apertura a nuevos modelos económicos no basados en exclusiva en la economía de mercado, sino en una economía social y solidaria que garantice una base social que no pueda ser desestabilizada por futuras crisis financieras, es a lo que parece que tiene miedo la oposición y es por eso que están llevando a cabo esta estrategia de descrédito de los procesos participativos y de contratación. Son necesarios procesos que devuelvan la soberanía a la gente y permita tener una ciudadanía robusta. Ello exige debilitar los mecanismos de concesión acumulativa a las grandes empresas que se han ido implantando poco a poco en nuestras instituciones.

El ataque y cuestionamiento sistemático de aquellas entidades, pequeñas y medianas empresas que ganan contratos, perfectamente legales según la normativa vigente, es una estrategia desgaste más para desviar la atención de lo importante. El 80% de la contratación pública actual continúa en manos de muy pocas empresas, del sector denominado IBEX35, involucradas en numerosas tramas y procesos políticos que han fomentado el expolio de lo público. Por ello, peinar las instituciones con democracia, transparencia y legalidad, situando a las personas en el centro de la gestión, en el ámbito de la contratación pública está dando lugar a la entrada significativa de PYMES, cooperativas y empresas vinculadas a la economía social, un rico tejido re-productivo que no piensa en la institución en lógica extractiva. Sólo si conseguimos implantar una libre concurrencia real garantizada con criterios que pongan por delante el beneficio social al privado, conseguiremos preservar un entorno democrático y de derechos. La llegada de estas entidades al sector de contratación público viene marcada, también, por el aumento de las políticas sociales, de género, de fomento de economías democráticas y sostenibles, medioambientales, de apertura y participación en la toma de decisiones etc. Es esta libre concurrencia real, junto al fomento de estas políticas y de nuevos modelos como el de “Cooperación Público-Social” y la aplicación de las cláusulas sociales, las que establecen un nuevo marco de posibilidades modificando la relación entre la administración y la esfera privada-social. Provocando profundos cambios, y malestares, al incidir de forma directa en las redes clientelares adosadas durante tantos años al Ayuntamiento de Madrid y que, en gran medida, vinculaban su cuota de negocio a parasitar lo público.

Este es el conflicto político que está en la base de las críticas y la presión mediática a la que están siendo sometidas las iniciativas sociales y económicas que actualmente colaboran con el Ayuntamiento de Madrid. Críticas que se traducen en violencias sobre sus cuerpos y sus proyectos de vida. Sin la implicación de este tejido social, y productivo, sin su contribución a la esfera de lo público, sin su compromiso, el cambio social y político por el que trabajamos no sería posible. A todas ellas, en su expresión más sencilla: gracias.

 

(1) en cuya redacción participaron cientos de personas, tanto a nivel ciudad como desde los distritos y barrios de la ciudad (atribuir este hecho a una sola, es un acto de individualización y egolatría que poco tiene que ver con los objetivos comunes de la candidatura)

(2) Al valorar conceptos como la calidad de las condiciones de empleo; la inserción sociolaboral; políticas de género, medioambientales y de comercio justo; por encima del precio a la hora de adjudicar servicios públicos.

(3) Fotografía de una intervención en Viña del Mar (Chile): http://www.plataformaurbana.cl/archive/2016/01/03/intervenciones-urbanas-en-vina-del-mar-invitan-a-reflexionar-sobre-sus-cambios-urbanos/